 Los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90%/ Crédito: Tragsa
El Grupo Tragsa está evaluando distintas opciones para descarbonizar su maquinaria pesada, una de ellas es la utilización de un biocombustible avanzado que se produce a través de un proceso de economía circular con residuos orgánicos del sector agroalimentario y forestal, aceites usados o grasas animales que no se destinan a la alimentación.
Este biocombustible, suministrado por Repsol, “cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea”.
Según estudios previos, los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90% y son compatibles con los vehículos actuales o maquinaria pesada sin necesidad de realizar ninguna modificación en los motores ni en las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
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Para evaluar el empleo de este combustible renovable, Tragsa está llevando a cabo una experiencia piloto en una excavadora de orugas de 24 Tm de peso, con un motor diésel de 200 CV de potencia.
La empresa explicó que el proyecto, cuya duración se estima que será de aproximadamente tres meses, permitirá verificar cómo se comporta la máquina con el uso de este nuevo combustible para determinar si hay influencia en el rendimiento de la misma, así como contrastar el consumo medio de dicha máquina con este combustible renovable en comparación con el combustible tradicional.
Con esta iniciativa, Tragsa “da un impulso al proceso de descarbonización con el parque de maquinaria del grupo, que cuenta con más de 4300 unidades, entre máquinas y vehículos, lo que supone un gran reto que se inicia con este proyecto piloto”.
 Los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90%/ Crédito: Tragsa
El Grupo Tragsa está evaluando distintas opciones para descarbonizar su maquinaria pesada, una de ellas es la utilización de un biocombustible avanzado que se produce a través de un proceso de economía circular con residuos orgánicos del sector agroalimentario y forestal, aceites usados o grasas animales que no se destinan a la alimentación.
Este biocombustible, suministrado por Repsol, “cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea”.
Según estudios previos, los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90% y son compatibles con los vehículos actuales o maquinaria pesada sin necesidad de realizar ninguna modificación en los motores ni en las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
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Para evaluar el empleo de este combustible renovable, Tragsa está llevando a cabo una experiencia piloto en una excavadora de orugas de 24 Tm de peso, con un motor diésel de 200 CV de potencia.
La empresa explicó que el proyecto, cuya duración se estima que será de aproximadamente tres meses, permitirá verificar cómo se comporta la máquina con el uso de este nuevo combustible para determinar si hay influencia en el rendimiento de la misma, así como contrastar el consumo medio de dicha máquina con este combustible renovable en comparación con el combustible tradicional.
Con esta iniciativa, Tragsa “da un impulso al proceso de descarbonización con el parque de maquinaria del grupo, que cuenta con más de 4300 unidades, entre máquinas y vehículos, lo que supone un gran reto que se inicia con este proyecto piloto”.Tragsa y Repsol desarrollan un proyecto piloto de combustibles renovables
 Los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90%/ Crédito: Tragsa
El Grupo Tragsa está evaluando distintas opciones para descarbonizar su maquinaria pesada, una de ellas es la utilización de un biocombustible avanzado que se produce a través de un proceso de economía circular con residuos orgánicos del sector agroalimentario y forestal, aceites usados o grasas animales que no se destinan a la alimentación.
Este biocombustible, suministrado por Repsol, “cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea”.
Según estudios previos, los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90% y son compatibles con los vehículos actuales o maquinaria pesada sin necesidad de realizar ninguna modificación en los motores ni en las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
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Para evaluar el empleo de este combustible renovable, Tragsa está llevando a cabo una experiencia piloto en una excavadora de orugas de 24 Tm de peso, con un motor diésel de 200 CV de potencia.
La empresa explicó que el proyecto, cuya duración se estima que será de aproximadamente tres meses, permitirá verificar cómo se comporta la máquina con el uso de este nuevo combustible para determinar si hay influencia en el rendimiento de la misma, así como contrastar el consumo medio de dicha máquina con este combustible renovable en comparación con el combustible tradicional.
Con esta iniciativa, Tragsa “da un impulso al proceso de descarbonización con el parque de maquinaria del grupo, que cuenta con más de 4300 unidades, entre máquinas y vehículos, lo que supone un gran reto que se inicia con este proyecto piloto”.
 Los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90%/ Crédito: Tragsa
El Grupo Tragsa está evaluando distintas opciones para descarbonizar su maquinaria pesada, una de ellas es la utilización de un biocombustible avanzado que se produce a través de un proceso de economía circular con residuos orgánicos del sector agroalimentario y forestal, aceites usados o grasas animales que no se destinan a la alimentación.
Este biocombustible, suministrado por Repsol, “cumple con las certificaciones de sostenibilidad que exige la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea”.
Según estudios previos, los combustibles renovables podrían significar una reducción de emisiones netas de CO2 del 90% y son compatibles con los vehículos actuales o maquinaria pesada sin necesidad de realizar ninguna modificación en los motores ni en las infraestructuras de distribución y repostaje existentes.
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Para evaluar el empleo de este combustible renovable, Tragsa está llevando a cabo una experiencia piloto en una excavadora de orugas de 24 Tm de peso, con un motor diésel de 200 CV de potencia.
La empresa explicó que el proyecto, cuya duración se estima que será de aproximadamente tres meses, permitirá verificar cómo se comporta la máquina con el uso de este nuevo combustible para determinar si hay influencia en el rendimiento de la misma, así como contrastar el consumo medio de dicha máquina con este combustible renovable en comparación con el combustible tradicional.
Con esta iniciativa, Tragsa “da un impulso al proceso de descarbonización con el parque de maquinaria del grupo, que cuenta con más de 4300 unidades, entre máquinas y vehículos, lo que supone un gran reto que se inicia con este proyecto piloto”.Más de Carreteras
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